23 jun 2009

Lo Confieso

Hay momentos en la vida de una persona en que tiene que dejar salir lo que tiene dentro... Son esos momentos determinantes en que hay que plantarse, tomar coraje y gritar a los cuatro vientos lo que uno siente. Por eso quiero hacer esta declaración:

En la puta vida miro televisión, pero quiero decir que disfruto mirando el programa "Canta conmigo Argentina", que me encanta cantar los temas siguiendo la letra en la pantalla, que le digo "dale boludaaaaaa apurate!" a las participantes, que me cago de risa con Andrea Politti y el locutor de mañanas informales


Sí, y me gusta tanto como me gustaba hace unos años "100 argentinos dicen", y me cansé de defender a Monchi Ballestra porque no lo conocía nadie... era re gracioso!

Listo...

¿Qué tan grave estoy Dr?

16 jun 2009

El comportamiento del macho

En el bondi de vuelta a casa me pongo a decir en voz alta que si no había alguna persona que fuera tan amable de darle el asiento a una mujer embarazada. Había subido conmigo, pero todos se hacían los boludos. "¡No puedo creer que nadie le vaya a dar el asiento, está embarazada!" La gente alrededor murmuraba "Qué vergüenza, no lo puedo creer" A punto de re contra calentarme, sube un chico y me escucha.

"¿Qué nadie le da el asiento a la señora? Vos que estás ahí -le dice a un señor muy cómodo al lado nuestro- no te da vergüenza que la señora tenga que viajar parada? Y vos allá, sí vos, el de la gorra la señora podría ser tu mujer, un poco de respeto por favor... a ver hombres si se comportan como hombres"

El señor se levantó, se le caía la cara de vergüenza, ahora sí. El chico se paró al lado mío, mucho lugar no había, abre el teléfono celular que tenía en la mano y escribe un mensaje:

(Sí, leí el mensaje)

"Estoy por la estación, te extraño mucho mi porotito"

1 jun 2009

Me salvó el conejo

El viernes me saqué las muelas de juicio. Las dos de abajo. Unas muelas hijas de puta que me jodieron durante varios años hasta que el viernes, dejé atrás mi cobardía y fui al dentista.

Nunca en mi vida me había sacado una muela, no sabía lo que era tenerle miedo al Sr. Odontólogo... Pero ahora entiendo todo... Como Víctor Sueyro cuando vió la luz, como Noé al lado del arca cuando empezó a llover, como mi tío cuando afirmó "dios bendiga al que inventó las babuchas" ¡YO TUVE UNA REVELACIÓN! Ya sé por qué todos odian al dentista.

Me inyecta la anestesia... mientras me hace efecto el tipo me va escribiendo las recetas, las recomendaciones y qué sé yo. Hablamos de pavadas... más que todo porque se me ocurre decirle que había dormido 4 horas, tenía miedo que la anestesia no me haga efecto trás las 2 o 3 copitas que me había tomado la noche anterior... No me dice nada, así que supongo que no hay inconveniente. También le comento que me había ido después de trabajar a almorzar, y que mi abuela había preparado conejo, con una cosa llamada milhojas de papa... y que me comí todo lo que pude y más por las dudas que me vea imposibilitada de ingerir comida en los días siguientes. La charla deriva en la ingesta de conejos, ranas y chivitos...


Cuando me hizo efecto, le dije "Me siento como en el juego del miedo" El tipo se cagó de risa. La anestesia es una porquería, esa sensación muy bien descripta por mi dr. como "¿de quién es este labio?" es horrorosa. No tener control sobre parte de tu cara, y no saber si uno está babeando como perro que mira un asado es terrible. Sobre todo porque existe la posibilidad de que eso pase.

La primera muela me la sacó fácil, y se supone era la más complicada. Yo mientras tanto jugaba al monje tibetano repitiendo

mi alma está, mi cuerpo se evade
mi alma está, mi cuerpo se evade
mi alma está, mi cuerpo se evade
mi alma está, mi cuerpo se evade


y mirando un foquito que había en el techo, porque el reflejo del hilo de sutura en los anteojos del Sr. Dentista era muy escalofriante... Y más esalofriante pensar que estaba cortajeando mis ex muelitas y cosiendo y haciendo casi un moñito adentro de mi boca.

El dentista me decía que me estaba portando muy bien, yo dije "bueno, no fue para tanto... queda la otra y listo"...

¿La otra y listo? ...

¡Pero qué equivocada que estaba! La otra no fue ningún trámite... En medio del forcejeo con la muela y mi meditación profunda sobre el foco algo salió mal y empecé a sentir un calor en el estómago por lo cual empecé a sacudir las manos como una loca... no sé si me dolía, pero la presión la tenía por el suelo seguro.

"Te mareaste" me dice el tipo... "Te vi que te estabas poniendo blanca, por eso me apuré"


Yo a esa altura no podía decir mucho ya que tenía toda la boca totalmente ajena por la anestesia, y ahora encima no podía ni abrir los ojos. Por suerte estaba muy acostumbrado el dentista... enseguida me puso alcohol, prendió el ventilador... Yo que creía que no tenía cagazo, me quedé temblando pero quería terminar de una vez por todas y saqué una ráfaga de valentía y le dije "Dale, vamos"

Pero no...

Abrí la boca y me volví a marear. Terminé patas para arriba en el sillón del consultorio... Qué imprensentable...

Cuando por fin me bajó la sangre a la cabeza, me senté y me siguió cosiendo. Cuando terminó le digo:

- ¿Habrá sido el conejo?
- ¡¡¡NO!!! ¡El conejo te salvó!
- (?)
- Si no hubieras traido ese conejo puesto...
- (Me cagué de risa con anestesia y todo)
- ¡En serio! Si no hubieras traido ese conejo puesto te daba una lipotimia y te desmayabas de una... ¿Sabés la gente que se demaya acá? Los estás atendiendo y quedan tuc quietitos, después hacen así como convulsiones hasta que se despabilian con el alcohol...


El dentista hacía mímicas de cómo se demayaba la gente... realmente muy gracioso. De favor me hacía olvidar de la escena patética que me había mandado hacía un rato, y cuando me fui me dijo que le había hecho recordar la caza de ranas, y el conejo... que había sido lindo atenderme.

Se había divertido el güacho... Qué bueno... ¡Porque yo espero no tener que volver nunca!


Mica


PD: ¡No puedo creer el pedazo de raíz que tiene una muela de juicio!